Carta de un SS a su hermana antes de la Ofensiva de las Ardenas.
“Una densa niebla cubre el campo que tienen delante de ellos, “es el tiempo Adolf Hitler” coinciden tanto alemanes como americanos, con esta niebla la aviación aliada no puede hacer acto de presencia.
Los motores rugen, los hombres están dispuestos en sus puestos de partida, solo esperan una orden ¡Vörwarts! (¡Avanzad!).
Las últimas reservas del Reich se han preparado para esta ofensiva, soldados curtidos del Frente del Este, jóvenes de dieciséis, diecisiete años junto a hombres de cincuenta van asaltar fanáticamente las posiciones de los norteamericanos en un último intento desesperado por conseguir una paz con ellos, que les permita centrarse en parar la apisonadora rusa, que amenaza el corazón de Alemania.
Por su parte, los soldados norteamericanos están hartos de esta guerra. Se les prometió que estarían en Berlín por Navidad, pero los alemanes se lo han puesto difícil. Fracasó la Operación Market Garden y el bosque de Hürtgen fue un autentico descalabro, con 24 mil bajas por parte aliada.
La moral es baja, y con la llegada del invierno se acentúa, el soldado norteamericano no sabe que hace en esa fría tierra mientras allá, en su casa, la gente vive como si esta guerra no existiera, yendo a los cada vez más numerosos cines y cabaret.
El Alto Mando Aliado tendrá que encontrar una motivación para que los soldados se queden a combatir.”
Así comienza la “Operación Wacht am Rhein” para los alemanes, “Battle of the Bulge” para los aliados.
El asalto alemán. 16 de Diciembre de 1944